Fractura de estrés de cadera
Correr se ha convertido en un pasatiempo cada vez más popular en los últimos años; y las fracturas de estrés de la cadera son una de las lesiones más incapacitantes que puede presentar los corredores y otros deportistas.
Correr se ha convertido en un pasatiempo cada vez más popular en los últimos años; y las fracturas de estrés de la cadera son una de las lesiones más incapacitantes que puede presentar los corredores y otros deportistas.
Correr se ha convertido en un pasatiempo cada vez más popular en los últimos años. Se calcula que hay más de cinco millones de personas que corren en España, según la Encuesta de hábitos deportivos del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad de diciembre 2015, un 30,4% de los españoles practicaron este deporte en el año 2015 frente al 12,9% del año 2010.
Las fracturas de estrés representan una de las lesiones más incapacitante que puede presentar un deportista, Lamentablemente son cada vez más comunes, la mayoría se encuentran en la extremidad inferior. Las fracturas por estrés comúnmente ocurren en la tibia y los metatarsianos. Sin embargo, las fracturas de estrés de la cadera / fémur representan aproximadamente el 10-33% de todas las fracturas por estrés en los reclutas militares y aproximadamente 4-14% en corredores.
Las fracturas por estrés se definen como una falla mecánica del hueso, debido a una carga repetitiva que excede su resistencia. El fracaso puede ocurrir en un hueso normal expuesto a tensiones anormales (fracturas por fatiga) o en huesos anormales que no pueden compensar la carga de estrés normal (fractura de insuficiencia).
Aunque es poco frecuente, el cuello femoral es susceptible a las lesiones por estrés debido a las cargas que soporta durante la carrera, Los corredores tienen mayor riesgo de sufrir estas fracturas por estrés, en comparación con el resto de los deportes.
Los trabajos en biomecánica han demostrado que, durante la marcha normal, las fuerzas que están presente en cuello femoral pueden llegar a ser 4,5 veces el peso corporal. El correr puede generar fuerzas de 8 veces el peso corporal.
Las cargas máximas siempre se producen en la fase de impacto de la carrera, y se puede considerar que este tipo de carga unidas al pequeño diámetro del cuello femoral son la causa del aumento de la vulnerabilidad al desarrollo de fracturas por estrés en esta región. Además, la pérdida de la capacidad de absorción de la energía de choque en los músculos fatigados durante el ejercicio excesivo también se considera un factor que contribuye en los corredores a medida que el estrés de carga se transfiere sobre el hueso y puede finalmente resultar en una lesión ósea.
El 50% de las fracturas de estrés de la cadera en deportistas se presentaron en aquellos que incrementaron la duración y la carga de entrenamiento en un corto periodo de tiempo y se encontró significativamente más a menudo en los atletas de mayor rendimiento como corredores competitivos o maratón.
Existen factores de riesgo para las fracturas de estrés del cuello femoral que han sido tradicionalmente categorizados por factores no modificables características individuales como sexo, biomecánica, y raza o modificables como la dieta, la carga de entrenamiento etc.
Los factores de riesgo modificables para las fracturas de estrés de las extremidades inferiores sirven para prevenir lesiones en nuestros atletas, por ejemplo, rutas, superficies de entrenamiento o deficiencias nutricionales. Los factores no modificables son igualmente importantes para identificar a los sujetos y las poblaciones que tienen el mayor riesgo de lesión.
El diagnóstico inicial de las fracturas de estrés del cuello femoral se debe sospechar por la clínica en aquellos deportistas que acuden a consulta con dolor inguinal, que se relacione con incremento en la carga de entrenamiento y que el dolor aparezca durante la práctica deportiva; más frecuentemente durante la carrera y que mejore con el reposo en los estadios iniciales.
El estudio complementario de imagen para la evaluación de fracturas por estrés del cuello femoral se inicia con radiografías de pelvis en bipedestación, lo que nos permite comparar ambas caderas y hacer mediciones del ángulo cérvico diafisario en el extremo proximal del fémur; ya que existe una relación de las fracturas de estrés en pacientes con deformidades tipo leve (CAM) y ángulo cérvico diafisario menor a 128º, sin embargo, los cambios radiográficos pueden estar ausentes en hasta el 80% de los casos.
La resonancia magnética se identificó como la prueba de imagen más sensible y específica para el diagnóstico de fracturas por estrés de la extremidad inferior. Cuando se dispone de RMN, no se recomienda la gammagrafía ósea debido a su baja especificidad, alta dosis de radiación ionizante y otras limitaciones.
Las fracturas por estrés de bajo riesgo son aquellas con baja probabilidad de extensión del trazo de la línea de fractura, unión retrasada o falta de unión, por lo que pueden manejarse de manera confiable con descanso y limitación del ejercicio, y entre las que se incluyen las fracturas por estrés cuello femoral medial.
La detección precoz de las fracturas por estrés del cuello femoral permite un tratamiento adecuado, ya que las fracturas no desplazadas del tipo de compresión pueden tratarse de forma conservadora, y de este modo evitar las complicaciones relacionadas con la cirugía.
Las fracturas por estrés del cuello femoral de alto riesgo tienen tasas elevadas de extensión del trazo de fractura, desplazamiento, retraso y falta de consolidación. Esto normalmente se debe a que están ubicados en la zona del hueso donde se concentran las fuerzas de tensión, por lo que requieren la interrupción inmediata de la actividad para evaluar la necesidad de intervención quirúrgica.
La indicación del tratamiento quirúrgico inicial de las fracturas de estrés del cuello femoral de alto riego como son las fracturas del cuello femoral de tensión o desplazadas, tienen la finalidad de mejorar los resultados, disminuir la tasa de complicaciones y acortar el tiempo para la vuelta al deporte.
Las medidas para evitar las fracturas por estrés del cuello femoral deben incluir una nutrición adecuada, técnicas de entrenamiento adecuadas, intensidad de entrenamiento y un calzado adecuado. El seguimiento estrecho de los atletas con antecedentes de dolor inguinal durante el ejercicio debería junto con la exploración física ir acompañado mediante estudio de resonancia magnética, para el diagnóstico precoz de las fracturas y poder evitar las complicaciones como el desplazamiento de las fracturas que aumenta el riego de necrosis avascular de la cabeza femoral. Cuando está indicado, el tratamiento quirúrgico mejora los resultados, previene complicaciones y acorta la recuperación.

Bibliografía