Disfunción eréctil y prótesis de pene
La disfunción eréctil es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria
La disfunción eréctil es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria
Conseguir una erección supone la completa coordinación del sistema vascular, hormonal, muscular y neurológico. Cuando el tratamiento farmacológico (como Viagra, Cialis o Levitra) o las inyecciones intracavernosas (alprostadil) no funcionan existe una solución definitiva para la disfunción eréctil: la prótesis de pene.
La prótesis de pene es un implante artificial que se coloca quirúrgicamente en los cuerpos cavernosos del pene de forma sencilla. Permite obtener una erección a voluntad y mantiene la sensación sexual placentera y el orgasmo normal del paciente.
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El urólogo será el que determine qué tipo de prótesis necesita el paciente dependiendo del problema que tenga, del estilo de vida que lleve, la edad y finalmente, los posibles riesgos que pueda suponer para su salud dicha intervención.
Hay dos tipos de prótesis: semi-rígidas e inflables.
Estas prótesis permiten que el pene pueda permanecer completamente descansado y al mismo tiempo alcanzar la rigidez o erección completa para poder mantener relaciones sexuales.
Esta prótesis se implanta de forma sencilla, con anestesia local y en una intervención de carácter ambulatorio que no requiere hospitalización. El mecanismo de la prótesis consiste en la colocación de dos varillas de silicona flexibles en los cuerpos cavernosos del pene que facilitan la erección.
Este sistema consiste en la implantación de dos cilindros, un sistema de bombeo y un reservorio (pequeño dispositivo encargado de almacenar suero salino). Los cilindros se colocan en los cuerpos cavernosos del pene.
Éstos son activados por el paciente mediante la bomba situada en el escroto, que envía el líquido del reservorio a los cilindros. Ante la orden y la llegada del líquido, se inflan para lograr la erección y se desinflan tras el coito.
Una vez finalizado el acto sexual, el paciente vuelve a presionar el sistema de bombeo haciendo que el líquido de los cilindros vuelva hacia el reservorio y quedando el pene en estado de reposo.
La intervención quirúrgica para poner este tipo de prótesis no es agresiva y el paciente puede recibir el alta hospitalaria antes de las 24 h. Al ser un mecanismo sencillo tan sólo se realizan una incisión de 4 cm en el escroto.
El paciente podrá reanudar las relaciones sexuales a las seis semanas de ponerse la prótesis de pene. Una vez que la inflamación haya desaparecido por completo, hecho que también se favorecerá con tratamiento farmacológico, el paciente deberá seguir las indicaciones del urólogo, haciendo unos pequeños ejercicios hasta que domine el manejo de la prótesis.